En Bolivia es reconocida la importancia de las micros y pequeñas empresas en la economía nacional, no sólo por el elevado número de que existe, sino, fundamentalmente, por su contribución a la generación de empleo y a otros aspectos socioeconómicos, como, por ejemplo: su aporte al PIB, a la mejora de la distribución del ingreso y al ahorro familiar.
La mayoría son informales, sin embargo, una característica trascendental y propia de este tipo de empresas es su dinámica variable en el tiempo, dado que inician y cierran actividades en periodos cortos. En cambio, aquellas que permanecen cambian de actividad económica o, frecuentemente, se trasladan a otro sitio. Además, la informalidad de sus operaciones las sitúa como altamente vulnerables, lo que dificulta, al menos, su identificación e investigación. Es así que la mayoría de las micros y pequeñas empresas del país son informales y, por lo tanto, el aumento de la formalización y la productividad se constituye en un reto para promover su inclusión en el crecimiento económico. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la alta tasa de informalidad se atribuye a muchos factores, entre ellos:
– La carga normativa, la debilidad de las instituciones públicas y la insuficiente percepción de los beneficios de ser formal. Estos son algunos de los elementos que limitan la productividad y el crecimiento de este tipo de empresas.
– No obstante, existen muchas causas que contribuyen a la informalidad, uno de ellos es el proceso de migración, ocasionado por el incremento de la urbanización, la disminución del empleo público.
– Por otro lado, está la demanda interna. Bolivia es un país con una población económicamente activa muy pequeña, que presenta altas tasas de desempleo abierto, subempleo y condiciones laborales que denotan una precarización del trabajo. Además, el nivel de pobreza de la mayoría de la población hace que la demanda real y potencial sea de bajo poder adquisitivo, orientada por precios bajos y de un nivel muy poco exigente en términos de calidad de los productos y servicios.
Sin embargo, se percibe que la informalidad daría oportunidades de trabajo flexibles a las personas, evitando las restricciones que podrían encontrar en el mercado de trabajo formal. En este sentido, el sector informal ofrece la posibilidad de tener un ingreso y ser independiente. Además, un informe de CEPAL señala que en Bolivia se cumple el precepto general de que la productividad está relacionada con el tamaño de la empresa: habitualmente, las grandes son más productivas que las pequeñas, aunque éstas últimas generan más empleos. Productivo y Economía Plural, en el país, la mayor parte de la ocupación empresarial está concentrada en las microempresas y una menor proporción en las empresas grandes, pero éstas, sin embargo, exhiben una productividad laboral 25 veces mayor que la de las micro.
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